Una biblioteca es, por definición, un equipamiento al servicio de la comunidad y, como tal, ha de ser respetuosa con su entorno e interactuar con él. Con este fin, la propuesta para la nueva biblioteca de Caldes de Malavella se integra en la secuencia de equipamientos del municipio y articula el itinerario urbano que éstos generan con el reciente conjunto residencial entorno a ella.
Se accede a la misma tanto desde la calle Girona como desde la plaza Mathausen, provocando una inflexión hacia el centro del núcleo urbano y unas gradas a lo largo de la primera. Con estos recursos la biblioteca se incorpora a la red de equipamientos del municipio al tiempo que aporta carácter urbano a su entorno más inmediato y participa de la vida ciudadana. La transparencia que se produce a nivel de planta baja permite visualizar el anclaje entre los espacios urbanos situados a ambos lados del edificio. Al mismo tiempo, un zócalo facilita la continuidad con los edificios situados en el lado sudeste y crea una terraza sobre el ámbito de acceso que permite la celebración de actos públicos y la convivialidad activa del equipamiento.
La claridad organizativa interna es premisa fundamental para su buen funcionamiento.
Los accesos se situan en la parte central del cuerpo edificado, a la cota de la plaza Mathausen. Éstos dividen virtualmente en dos la planta baja creando una zona destinada a los espacios culturales y de formación (que pueden ser utilizados con independencia de la biblioteca en sí) y otra que contiene los espacios de la biblioteca propiamente dichos. La autonomía de la primera de estas partes permite que el equipamiento se convierta en un lugar activo y abierto, con la necesaria flexibilidad para transformarse en un espacio de encuentro e intercambio.
La zona de la biblioteca, situada en el aldo noroeste del edificio, se articula en tres niveles entorno a un gran espacio libre a toda altura, contiguo a los mostradores de atención al público. El nivel inferior acoje la zona infantil, la cual disfruta de cierta independencia que le evita encontrarse en el camino de paso hacia otras áreas. La planta baja incorpora, separadas por el espacio a triple altura, la zona de periódicos y revistas (en el lado de la calle Girona) y la zona de música e imagen (en el lado de la plaza), de manera que ambas sean fácilmente accesibles desde la entrada y estén relacionadas entre sí. El área de información general se encuentra en la planta superior, subdividida en tres espacios claramente comunicados entre sí, dos a lado y lado del espacio a toda altura y el tercero sobre la zona de acceso. Desde esta planta es posible salir a una terraza controlada, situada justo frente al mostrador, que permite la lectura al aire libre durante los meses de buen tiempo.
La disposición de las piezas permite minimizar los consumos energéticos, sacando partido de las diversas orientaciones de sus fachadas y reduciendo al mínimo el uso de recursos naturales. La piel exterior, de lamas de madera tratada, se plantea como una envolvente cálida y atractiva que no sólo garantiza la correcta protección solar del interior sino que configura una imagen exterior destinada a subrayar la voluntad de servicio público del edificio.
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